Ya pasaste tu primera regla. ¿Por qué sigues sintiéndote incómoda llevando un tampón al baño?
Ya sabes cómo va:
- Miras a tu alrededor.
- Nadie está mirando.
- Deslizas uno en el bolsillo de tus jeans, lo metes debajo de tu manga y lo agarras fuerte en la palma de tu mano.
- Luego, camine más rápido, evite el contacto visual y evite las charlas triviales.
- Imagina que realmente te interesa ajustar la correa de tu bolso.
Tanto sigilo. Para algo tan normal .
Todavía parece una misión vergonzosa, y, honestamente, ya lo hemos superado.
No eres la única: la ansiedad menstrual es real
Los estudios demuestran que muchas mujeres aún experimentan incomodidad social al gestionar sus periodos en público. No se trata de avergonzarse del sangrado. Se trata del momento en que alguien podría ver lo que llevas.
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Estás en una oficina o aula compartida
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Tienes que cruzar la habitación para llegar al baño.
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Coges un tampón… y tu cerebro da vueltas:
“¿Y si alguien lo ve?”
“¿Es obvio?”
"¿Necesito ocultarlo?"
“¿Dirán algo?”
Hemos interiorizado la creencia de que el cuidado menstrual debe ser invisible. Como un truco de magia.
¿Y el resultado?
Una generación entera de mujeres capaces y funcionales que todavía esconden tampones como si fueran documentos ultrasecretos.
El susurro cultural: La menstruación = algo que ocultar
No se trata de dramatizar. Se trata de los micromomentos de estrés que hemos absorbido tras décadas de condicionamiento:
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Anuncios de televisión que mostraban líquido azul en lugar de sangre.
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Compresas “envueltas silenciosamente” que aún se arrugan como una bolsa de papas fritas
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Productos para la menstruación metidos en bolsas de maquillaje entre el brillo de labios y los polvos sueltos
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El pánico universal cuando tu tampón se sale del bolso en público
Nunca nos dieron la vergüenza: la absorbimos en silencio .
Así que sí, todavía me da vergüenza. Porque nos enseñaron a hacerlo desaparecer.
Pero aquí está la buena noticia: esa narrativa está cambiando.
Y comienza con el diseño.
¿Y si llevar un tampón no fuera un riesgo? ¿Y si no fuera nada?
Entonces, ¿cómo cambiamos el sentimiento?
Cambiamos la experiencia.
Imagínate esto:
Metes la mano en tu bolso
Saca lo que parece un estuche para auriculares elegante y minimalista.
Caminas hacia el baño, tranquilo, casual.
Sólo tú (y tus amigos) sabéis que no es para auriculares inalámbricos.
Contiene tus tampones. Hasta cuatro, para ser exactos.
Sin miradas de reojo. Sin plástico arrugado. Sin miradas raras.
Sólo tú, avanzando en tu día como siempre lo haces.
No se trata de poner los tampones de moda. Se trata de hacerte sentir preparada.
Tu periodo no es un momento para destacar tu marca. Pero seamos sinceras: la estética importa. Cuando algo se ve bien y se siente bien al usarlo, es más probable que lo uses.
Esto es lo que ofrece Mili Luiz:
Un estuche discreto para tampones que no grita "período".
No grita nada
Encaja perfectamente, como cualquier otro pequeño elemento esencial.
Y ese es el cambio.
Porque ya estás haciendo bastantes malabarismos
Tu período no debería añadir ansiedad extra a tu día.
No cuando ya estás lidiando con plazos, reuniones, retrasos de trenes, chats grupales y tu tercer café.
Un pequeño caso no solucionará el estigma relacionado con la menstruación de la noche a la mañana.
Pero te da control sobre un momento que antes parecía incómodo.
Y eso en un mundo donde a las mujeres siempre se les dice que se adapten, se oculten o bajen el tono, es poderoso.
💡¿Lista para llevar de manera diferente?
En Mili Luiz, no estamos aquí para convertir cada visita al baño en un momento de enseñanza.
No creemos que todas las mujeres deban tener que educar a sus compañeros de trabajo masculinos o explicarle a una Karen en la sala de descanso que usan un tampón.
Algunas de nosotras simplemente queremos llevar un tampón sin que se convierta en un tema de conversación.
Creamos Mili Luiz para ofrecer tranquilidad, no para iniciar una conversación.
Porque a veces la declaración más poderosa es la que no tienes que hacer.